Voy saliendo de NY.

La ciudad a mi izq se hunde en el atardecer y las luces aun no acaban de encenderse.

Me acabo de ir y ya extraño esta infame, legendaria y colosal ciudad. La conocí un poco mejor, todavia superficialmente, pero bastante para entenderla y amarla ligeramente mas y mejor.

Esta vez NY se me queda en los ojos ambar de una hermosa joven negra, en Times Square de noche, en una pita halal en la 7a, en una pareja tomando vino en Sheep’s Meadow, en los arboles frondosos y centenarios de Literary Walk, en los farallones de concreto alzándose a lo largo de las avenidas y de la última vista de la ciudad al salir esta tarde.

Ha sido conocer mejor una leyenda y confirmar por qué lo es y se ha ganado la reputacion que tiene. Dejo amigos atras que han hecho de esta visita uno de los mejores fines de semana de mi vida. De ese tamaño estuvo.

Hasta luego, Noo Yawk. Gracias por la hospitalidad, ha sido usted una anfitriona mas que digna. Confío en que no pase tanto tiempo para la siguiente visita y que sea por mejores razones.

Hasta ese dia, me llevo la brisa de verano en Central Park guardada en el bolsillo para que cuando ande tristón pueda sacarla y sonreir.

Regresemos al Desierto de lo Real, como diria Morpheus.

Sigo reportando.