FLASH INFORMATIVO: Justo cuando estaba a punto de redactar un tweet insidioso y acusador respecto al mutismo de nuestra invitada BoticaPop, que me llega un correo con esta, su última participación.
Y pesar de todas las adversidades de estos días, si ella cumplió aunque haya sido en el último minuto, yo no tengo excusa para no hacerlo. De manera que damas (y seguramente, varios caballeros también) les dejo el último clavo en el ataúd de la deuda de honor que mi querida Botica tenía con este, su servidor.
Haciendo un recorrido por mis anteriores colaboraciones con esta columna, diría que mis puntos son
- En pos de un modelo de belleza inalcanzable, hay mujeres que se agreden a si mismas, de muchas maneras.
- Existe un modelo de belleza establecido. Uno de los factores que juegan para establecer ese modelo, son las revistas de moda.
- A las revistas de moda no se les puede tomar en serio a menos que seas Cindy la regia (yo incluso añadiría “quiérelas, no trates de entenderlas” Lol) (N. del E. – Luchando por contener el cliché obligado. Creo que lo logramos)
- Otro de los factores -entre un millar de factores y espero no tener que escribir un millar de posts para Venus Pixeleada- es lo que las mujeres creen que a los hombres les gusta.(N. del E –Siempre es usted bienvenida aqui, haya una apuesta de por medio o no)
- ¿Porqué las mujeres creen que a los hombres les gustan determinadas cosas? Quién sabe, oiga. Observándolos, supongo.
- Aunque, si alguien quiere parecerse a las mujeres de los juegos de video porque éstas le gustan a los hombres, de plano sugiero una nominación a los premios Darwin.
Y después de todo esto, volvemos al principio: como dice Melkat la Bella, lo importante es tener los pensamientos y los afectos bien acomodados. Yo no digo que sea fácil pero es que no hay de otra.
Una de las cosas que me ha iluminado la vida es la literatura. ¿Cómo se le explica a una niña que un día va a tener su primera menstruación? No lo sé. Lo que sé es que un día leí una novela donde una niña tenía su primera menstruación (en realidad era una broma porque la nana de la niña dice “demostración”) y mi mamá y mi papá también la habían leído y comentamos el punto de la misma manera que comentamos muchísimas otras cosas de la novela. Claramente no con afán didáctico sino como se comentan con ganas las lecturas o las películas. Y el día de mi menarquia yo estaba perfectamente capaz de saber que pasaba con mi cuerpo. En esa misma novela, la protagonista dice que un día dejó de compararse con las mujeres perfectas de las revistas y que decidió que sería bella porque si. Yo adopté para mi esa decisión, igual que todos adoptamos muchas cosas de la gente inteligente que nos rodea. Mejor adoptar de los inteligentes que de los necios.
He dicho.
Le agradezco públicamente a la renuente cooperativa y animosa colaboradora su tiempo y esfuerzo estas pasadas semanas. Yo sé que una apuesta perdida era la única manera en la que la hubiera podido arrastrarla convencerla para que escribiera esta columna, pero pese a sus reservas lo hizo y además con gran estilo.
Espero poder presentar otras colaboraciones en el futuro, pero por lo pronto despedimos a BoticaPop con un aplauso. Confío en que no sea el único en hacerlo así.
Sigo luego.
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Yay! Se terminó el suplicio! Felicidades a los dos por tan buena colaboración.
Tengo dos conclusiones:
– Quiero saber qué novela leíste
– En efecto, todos y todas buscamos la validación de las personas que nos rodean. Unos con más ímpetu que otros, pero finalmente queremos sentirnos aceptados y agradar. Y me parece que los adultos que leemos esta columna ya estamos tarde para tomar responsabilidad no sólo frente a nosotros mismos, sino a las mujeres que nos rodean esclareciendo los cánones estéticos sobre los que evaluamos nuestro gusto.
Es decir, echar culpas es facilísimo. Ser honestos con nosotros mismos y trasmitir nuestras espectativas estéticas claramente a las mujeres que nos rodean es la única manera real de lograr un cambio de conciencia en nuestro pequeña realidad y buscar que crezca exponencialmente. No creo que sólo por ver a Giselle en Vogue una niña de 10 años diga «quiero verme así» si no tiene detrás todo el background de gente cercana a ella trasmitiéndole «Eso que aparece ahí es perfección y no eres nada si no te ves así»
Ya, parezco sermoneadora de domingo. Besos a los dos y disculpen la extensión del comentario Ü
Aplausos de pie, para boticapop.
He leido tu blog sobre moda y me parece excelente, creo que estas siempre a la banguardia con todo lo que sucede en el mundo de la moda y ademas de esto nos revelas tu opinion personal. Sin enmbargo hoy que paso por aquí a leer tu colaboración final, te aplaudo porque así como muchas mujeres nos creemos lo que nos plantean las revistas, también creemos que las que escriben en ellas, son fervientes creyentes de lo que las revistas dictaminan.
Ha sido un placer leerte y ver que tu punto de vista sobre la belleza es tan real y bello como lo eres tu.
pd. quiero saber el nombre de la novela por favor.
Yo también leí esa novela y lo que más recuerdo (tal vez, o al menos en este momento) es lo que afirmaron los que subvertían un latifundio cuando la policía se presentó a recatar al latifundista: «¡Al COMPAÑERO rehén no se lo lleva nadie».
(Mentiras: recuerdo muy bien el final, que todavía me enternece)
Como parte de la generación sándwich me resulta sumamente gratificante constatar que existen mujeres que van de acuerdo en ser ellas mismas y no lo que los demás quieren que sean.Les comento que para mi las mujeres son como las obras de arte, no siempre me gustan, pero eso no les quita su valor. !!Felicidades a ambos¡¡
Dioses, q honor! BoticaPop me citó…. xiales! me siento retecontenta…. en serio….
Felicidades a ambos x estos posts. No es mala onda brother, pero creo q solo x la participacion de Botica me senti movida a comentar. Esta seccion tu sabes q no es de mis favoritas….
Besos a los dos y q se repita!
Ya regresé, en vista de que el comentario sobre la novela generó semejante reacción. Es «Eva Luna» de Isabel Allende. Ahora no recomendaría a Isabel para nada, pero sus primeras novelas eran buenas y además las leí tan joven que son totalmente parte de mi formación afectiva.