El dia de ayer me reuní con un prospecto muy fuera de lo ordinario. A diferencia de la mayoría, este no involucraba productos ni servicios. Se trataba una Institución de Asistencia Privada con un proyecto que apoya instituciones que trabajan con niños de escasos recursos. Funcionan en base a donativos de la gente a través de su tarjeta de créditos, principalmente. Quieren hacer una campaña en forma via medios sociales para aumentar su base de donadores. Todo estuvo muy bien hasta que llegamos a la parte del diseño del contenido de la campaña y los anuncios.

Ahi fue dónde nos topamos con una pequeña pared.

¿Cómo presentar algo que no ofrece un beneficio convencional? ¿Cómo se «vende» algo de esta naturaleza?

En la mayoría de los casos, al hablar de productos o servicios hay algo que uno obtiene a cambio por su dinero. El intercambio es evidente y al menos hay un punto de inicio. En este caso el beneficio es algo mucho más nebuloso. Esto me llevó a darme cuenta de algo que siempre se tiene que tomar en cuenta.

El valor y los beneficios de un producto o servicio van relacionados a necesidades emocionales.

Ejemplo: No es lo mismo ofrecer cursos de marketing en Social Media para PYMES que dar la oportunidad de aprender a contactar con tus clientes de manera más personal y eficiente que nunca.

Esto es crucial porque el contenido que se publica, las imágenes a postear, los textos en los anuncios tienen que transmitir esta idea de valor. Es algo que permea todo lo que se publica sea un anuncio o no. Se puede tener una estrategia sólida, el público bien identificado y un buen proceso armado, pero si esa traducción de beneficios en emoción no está bien hecha todo puede irse al diablo porque va a ser muy difícil conectar con la gente que pudiera estar interesada.

El no lograr esta conexión significa que tu campaña no va a mover la aguja afuera de Internet. Quizá genere Likes y Seguidores. Quizá haya algo de interacción incluso. Pero los resultados importantes, los que mantienen una compañía viva, no van a estar ahi. Esto es importante porque en muchas ocasiones se confunde el tocar una emoción con simplemente entretener o divertir. Hacer esto está muy bien, pero no es la clase de emoción que mueve a alguien a hacer algo más alla de apretar un botón, o generar un instante de atención superficial.

Al final, es la emoción lo que mueve el mundo. O al menos lo que hace que la gente actúe y tome decisiones.

Y eso es a lo más que podemos aspirar. Influir un poco en una decisión.

Sigo escribiendo.

¿Crees que en medios sociales se confunde la idea de dar valor con la de simplemente entretener?