Suelo llamar a Instagram el Niño Bonito de los Medios Sociales. Algunos todavía se acuerdan cuando era el consentido de la hipsterocracia. Y por supuesto todavía escucho los llantos y lamentaciones cuando Facebook lo adquirió en una histórica compra de mil millones de dólares en 2012.

6 años después esa cantidad se ve como una ganga.

En un sentido muy real, Facebook aseguró su futuro con ese movimiento. Los reto a que traten de imaginar un mundo donde Instagram no es parte del imperio de Menlo Park. Facebook compró la póliza de seguros más amplia posible al absorber lo que en ese momento era una dinámica y simple plataforma de imágenes. Que lejos estamos de esos dias. Porque Instagram sigue siendo dinámica, de eso no hay duda, su crecimiento y nivel de actividad es pasmoso. Pero la transformación que ha sufrido no es menos asombrosa.

Sin embargo lo realmente extraño es que sigue funcionando y transformándose con éxito para volverse en lo que casi equivale al heredero al trono de Facebook.

Si no hubiera Instagram:

• Facebook no tendría una válvula de seguridad para mitigar el problema de la carga máxima de anuncios en el newsfeed.
• No tendría un plataforma más dirigida a un mercado joven que trata de alejarse de Facebook.
• No habría logrado neutralizar casi totalmente a un incipiente rival llamado Snapchat
• Tampoco tendría en las manos una de las pocas plataformas que está incorporando exitosamente el comercio electrónico dentro de medios sociales.

No es sorprendente que Instagram haya sido asimilado dentro del esquema de publicidad de Facebook sin mayores contratiempos. Hoy en dia es una parte integral y bien podría haber estado ahi desde el inicio. Pero su adopción no se ha quedado en el limitado modelo inicial, porque gradualmente se han desarrollado formatos y objetivos más complejos que se ajustan perfectamente a sus capacidades y le permiten un alcance muchísimo mayor de lo que pudimos haber imaginado.

Platiqué de este tema hace casi unos meses con un gran amigo y conocedor de la plataforma, Edgar González (@eldecreativo). Él me lo dijo con todas sus palabras «Todavía estamos por ver los mejores días de Instagram». En su momento me sorprendió y reconozco que hubo una pizca de escepticismo de mi mente. La parte de Instagram empieza a los 39 minutos.

https://twitter.com/SocialFMpodcast/status/997132373035806728

Cuanta razón tenía. Hoy me queda claro que Instagram todavía no llega a todo su potencial. Aún queda mucho espacio hacia donde crecer, y no me refiero al número de usuarios potenciales. Esa plataforma sencilla basada exclusivamente en imágenes tenía en su esencia una solidez y flexibilidad que aún no acabamos de aprovechar. Si, quizá se ha alejado de su forma original, pero no necesariamente de su espíritu.

Por supuesto que este crecimiento no es inocuo ni sin puntos negros. Se ha reconocido como un vector ideal para cierto tipo de contenido que promueve la desinformación y malinformación. Y cada vez más tiene un problema serio con cuentas falsas y bots. De los Influencers espurios y demás charlatanes hablaremos en otra ocasión porque es un tema mucho más amplio.

Instagram no fue de mis medios sociales favoritos. Confieso totalmente que es un gusto adquirido de manera relativamente reciente. A nivel personal quizá no sea mi plataforma favorita, pero a nivel profesional sin duda es de las cosas que más me emocionan por todo su potencial y versatilidad.

Hay un último comentario que me parece es tremendamente revelador.

Mis últimas 5 compras via eCommerce puedo atribuirlas directamente a anuncios en Instagram. 

Tengo buenas razones para ser un creyente.

Sigo escribiendo.

PS – Esto dió pie a crear una curso completamente nuevo para explicar y aprovechar este fenómeno: Instagram para eCommerce. Iniciamos el sábado 14 de diciembre.