Ya se ha tocado aqui el tema de la (inexistente) diferencia entre «El Mundo Real» y «El Mundo Virtual». Pero este post titulado «The IRL Fetish» por Nathan Jurgenson, me hizo querer abordarlo de nuevo. Esta es una selección y traducción de los puntos esenciales:
Los críticos se quejan de que la gente, especialmente los jóvenes, están dentro [de Internet] y no afuera. Dado el adictivo llamado de la corriente de información, las masas han cambiado la conexión verdadera por la virtual. Han cambiado los amigos humanos por amigos de Facebook. En vez de estar presentes en la mesa durante la cena, están perdidos en sus teléfonos. Escritor tras escritor lamenta la pérdida de un sentido de desconexión, de aburrimiento, de paz sensorial en esta era de información siempre operando, pantallas iluminadas omnipresentes y casi constante autodocumentación. […]
El obsesionarse con lo offline y negar todas las maneras en las que rutinariamente permanecemos desconectados es fetichizar esta desconexión. Autor tras autor pretende ser una voz solitaria, tomando una valerosa posición en apoyo de lo offline precisamente en el momento en que ha proliferado y se ha sobrevalorado. […]
En gran parte, la razón es que nos han enseñado a ver erróneamente lo online, como sinónimo de no offline. La noción de lo offline como real y auténtico es una invención reciente, correspondiente al surgimiento de lo online. Si podemos arreglar esta falsa separación y ver lo digital y lo físico como entretejidos, entenderemos que lo que hacemos estando conectados es inseparable de lo que hacemos cuando estamos desconectados. […]
Resolver este dualismo digital también resuelve la contradicción: Puede que nunca podamos desconectarnos del todo, pero esto de ninguna manera implica la pérdida del cara-a-cara. lo lento, lo análogo, la profunda introspección, las largas caminatas, o la sutil apreciación de la vida sin pantalla. Disfrutamos todo esto mas que nunca. No pretendamos que estamos en un grupo especial, de élite con acceso al offline puro, volviendo lo real un fetiche y considerando a todos los demás como un poco menos reales y un poco menos humanos.
El punto central es que lo offline no es inheremente mejor ni pasar mas tiempo desconectados nos hace mejores personas. Es interesante que quejas similares se han oido del teléfono y la televisión en su momento y creo que las cosas no salieron tan mal. Parte de la situación es que estamos asimilando como sociedad un fenómeno tecnológico que está creciendo mas rápido que ningún otro e involucra a mas gente que nunca antes. Y lo mas importante quizá es que afecta la manera en la que nos comunicamos unos con otros.
Es interesante pensar que Gutemberg pasó por quejas similares. Algunas cosas nunca cambian a pesar de los cambios.
Sigo escribiendo.
¿En tu caso crees que hay una genuina diferencia entre el mundo offline y el online?
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