La Promesa Perdida: La Rebelión de los Blogs

La Promesa Perdida de los Blogs

Había la amplia creencia de que [….] el movimiento de blogging era intrínsecamente revolucionario, que iba a transformar todo y que derrocaría a los medios masivos.

Tristemente, las cosas resultaron diferentes […] Los medios sociales se volvieron la distribución social de medios masivos. El blogging falló masivamente.

Erase una vez, una época en la que periodistas y autores vieron el inicio de una nueva edad dorada. Era el inicio de la revolución de los medios sociales, particularmente de los blogs. En ese momento los blogs prometían independencia, libertad, veracidad y el acceso a un público global que antes no se podía ni imaginar. No era difícil imaginarlos como una especie de guerrilla digital, socavando los cimientos de periódicos, revistas y los medios tradicionales en general. Se hablaba de un mundo donde la mejor información naturalmente sería creada por individuos o pequeñas iniciativas editoriales y descubierta, distribuida y comentada por los mismos lectores. Un ecosistema donde la información fluiría libremente y las opiniones nutrirían discusiones valiosas de manera pública y que darían pie a más contenido de buena calidad. Uno donde los autores se harían referencia unos a otros, colaborarían y formarían pequeñas tribus temáticas cooperando entre todos.

Esto sucedió hace una década, no es tanto tiempo en realidad.

Era el sueño de los Dorados Días de Camelot de la blogósfera y la web.

Pero como señala Tom Foremski en la cita al inicio de este post, tomada de su artículo Blogging’s Massive Failure To Topple Mass Media, esto no sucedió así en absoluto.

¿Qué salió mal? ¿Qué fue lo qué pasó? Razones hay muchas, pero Foremski señala una idea suya que ya se ha comentado aqui y que me parece que jamás ha recibido la atención debida.

Los medios sociales prometían que la creación de calidad en pequeña escala tendría una distribución orgánica tremendamente grande de manera natural gracias a lectores y otros autores. Esto no sucedió. Y no sucedió porque hallar ese contenido no era tan sencillo para la mayoría de la gente ordinaria en Internet. Los usuarios recurrieron a lo único que conocían y que era fácilmente accesible, las embajadas digitales de los medios tradicionales. Hay poca o ninguna creación o edición y el contenido compartido es la versión digital de lo que siempre hemos consumido.

Cosas como el RSS, los blogs de forma larga y los sitos como Digg y Delicious supuestamente eran las herramientas del cambio y lo que evitaría la dependencia en las fuentes usuales. Todos sabemos que tan bien resultó esto. No sería del todo equivocado decir que hubo una combinación letal entre la arrogancia de la vanguardia tecnológica y el deseo de comodidad de la nueva oleada de usuarios. Simplemente, buscar esas nuevas fuentes de contenido era demasiado complicado.

Es por esto que Foremski dice que lo medios sociales ya no deberían recibir ese nombre. Realmente lo que son es canales de distribución del contenido de medios masivos. Y esa es una diferencia muy grande.

Todavía hay bastiones de resistencia, pero son islas en un oceano de información. Todos sabemos que los blogs siguen vivos y seguirán así por mucho tiempo, pero por el estándar que Foremski señala es difícil no pensar que se ha perdido algo de sus posibilidades más significativas.

Hubiera sido interesante que el sueño de esos primeros bloggers se hubiera hecho realidad. Pero las cosas no salieron de la mejor manera.

Sin embargo todavía queda mucho por hacer dentro de los medios sociales con un blog. Y algunos creemos que vale la pena intentar hacerlo.

Sigo escribiendo.

¿En vista de esto, te parece que el concepto de medios sociales se ha devaluado demasiado?

3 Respuestas a “La Promesa Perdida: La Rebelión de los Blogs

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