«Ya sea que se lo hayan propuesto o no, su voz tiene un enorme poder para conectar con la comunidad. No hay grupo de personas en la Tierra que tenga más poder para mover a la gente que ustedes.»

Susan Wojcicki.
CEO, YouTube.

Estas líneas son fragmentos de un post en el blog de YouTube que se publicó el sábado 9 de julio, tras los terribles acontecimientos de Lousiana, Minnesota y Dallas. Naturalmente sus destinatarios implícitos eran los YouTubers de EUA, pero creo que es algo que vale la pena comentar de una forma más amplia. En particular me parece digno de mención que el CEO mismo de una de las plataformas que mejor encarna la dinámica de las comunidades creadas en torno a creadores haya levantado para la voz para señalar algo que muchos hemos comentado desde hace tiempo.

Nos guste o no, buena parte de la influencia de los medios tradicionales ha migrado a medios sociales. Podrá haberse fragmentado en miles de canales de YouTube, blogs, cuentas de Twitter, podcasts y páginas de Facebook pero el hecho es que hoy estamos lejos del monopolio que muchos conocimos. Al menos para las generaciones más jóvenes los lideres de opinión no están ya en la TV, en periódicos o radio.

Esto altera el panorama de muchas formas, pero en lo personal creo que genera una situación bastante seria. Hoy en dia mi principal problema no es quien tiene ese mítico ingrediente mágico llamado influencia. No importa si son los periodistas, los expertos o los YouTubers.

Mi problema es lo que hacen con ella. Mi problema es que a muchos de los llamados «Influencers» creen que tienen un juguete en las manos y nadie les ha enseñado que tienen algo que requiere responsabilidad y madurez para emplearse constructivamente.

Esto es particularmente evidente en los canales de YouTube, aunque no es algo que suceda sólo ahi. Por eso me llama la atención la carta de Wojcicki. Pocos canales han sido explícitos en recordarles a sus usuarios el poder que gozan y que tienen que tomar con creciente seriedad. Porque les guste o no esto abre la puerta a una decisión nada sencilla, que muchos creadores en Internet hemos tenido que tomar antes de ellos.

Puedes elegir ser un patán superficial y mercenario que sólo se sirve a sí mismo o tratar de ser algo más.

En estos tiempos confusos y revueltos esas decisiones pueden resultar más relevantes de lo que creemos.

La decisión es de cada quien.

Sigo escribiendo.