En algunas ocasiones es posible ver ejemplos muy claros de la manera en la que la industria de la mercadotecnia y la publicidad entiende y emplea los medios sociales. Una campaña electoral es un escenario sumamente especializado pero revelador. Este fin de semana tuvimos una de las muestras más evidentes de la mentalidad detrás de muchas campañas y estrategias. Aunque admitidamente quizá debería decir que fue una advertencia, no exactamente un ejemplo.
El resultado muchos de ustedes lo conocen. Creo que difícilmente era lo que los autores de esa campaña esperaban. Se debate si algo así es enteramente legal, pero presuntamente hubo (considerables) pagos por estas publicaciones, lo cuál no deja mucho márgen de inocencia a pesar de que las redes sociales no están del todo contempladas en los reglamentos electorales. Personalmente no tengo duda de que fue una campaña pagada por la agencia de medios en turno. En mi experiencia esa es la forma clásica en la que trabajan.
Mi duda inevitable cada que escucho de estas cosas es: Dada la forma tan burda en la que se usan los influencers, ¿ese dinero no hubiera estado mejor gastado en diseñar y comprar una campaña de publicidad digital bien hecha en esas mismas redes sociales?
Lo que vimos fue una cátedra de incompetencia. Genuinamente me pregunto que esperaban lograr con algo así. Con las posibilidades actuales de los productos publicitarios, dudo que el resultado no hubiera sido algo bastante mejor, o al menos no hubiera provocado las repercusiones tan serias que todos conocemos. Si, quizá precisamente se uso esto para poder darle la vuelta al uso obvio de publicidad pagada, pero el costo de hacerlo por mucho excedió los posibles beneficios.
Algunos puntos a favor de la publicidad de Facebook y Twitter:
- Puede resultar mucho más barata
- Es mucho más segmentada
- El mensaje se puede configurar más detalladamente
- Los resultados se pueden medir con mayor claridad
En teoría el uso de los influencers potencialmente puede tener más peso. Sobre todo si no se ve como algo pagado, cosa que casi ninguna agencia o anunciante desea, aunque en teoría toda publicación de este tipo debería de estar perfectamente indicada, como ya sucede en EUA. Otra ventaja es que puede ser más eficaz en ciertos nichos, porque difícilmente hay influencers de propósito general.
Así como están las cosas hay pocos beneficios en usar influencers claramente pagados. En el caso de Twitter, tener acceso al público de esas cuentas es posibe y puede ser infinitamente más barato porque la única posible gran ventaja se pierde casi automáticamente ya que el público asume que un tweet asi es algo comprado, sobre todo viniendo de una celebridad de TV.
Nadie gana en esos casos. ¿Por qué hacerlo si es evidente que no funciona en lo más mínimo?
Las únicas posibles respuestas no son agradables.
Que tengan un buen inicio de semana.
Sigo escribiendo.
¿Crees que el uso de celebridades e influencers de esta forma tiene algún efecto positivo superior al de una campaña de publicidad más tradicional?
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