Cuando no se pueden entregar resultados la mayoría de la industria del marketing digital entrega palabras. Palabras grandotas, sexys, interesantes que muchas veces ocultan que en realidad no sabemos lo que estamos haciendo o que lo que hicimos no está sirviendo de nada. En inglés hay incluso una palabra para definirlas – Buzzword. No exagero al decir que en marketing digital hay un notorio culto al buzzword. Es fácil saber si alguien sabe de lo que está hablando por la cantidad de buzzwords que emplea en una presentación, conferencia o propuesta.
Pero dentro de la escala de estas palabras hay algunas que destacan, sobre todo porque se han vuelto las columnas vertebrales de las estrategias vacías y las iniciativas inútiles. Y si hay alguien que detesta más que yo a los vendehumo es un invitado que había brillado por una larga, pero necesaria, ausencia en este blog. Nuestro aguerrido y dicharachero Carlos Solares regresa con una nueva participación sobre este preciso tema. En su muy particular estilo (si fuera arquitecto seguro ya hubiera creado un estilo arquitectónico que sería llamado Neo-Barroco Regio 🙂 ) describe este fenómeno con lujo de detalles. Es un gusto cederle de nuevo el micrófono y el podio al ingeniero Solares. Pongamos atención…
–
Estimados lectores, no andaba perdido, solo andaba de parranda celebrando algunos logros personales y emocionales. Pero pa’ que no me extrañen, estoy de regreso y con renovada acidez, ponzoña, tirria marketinera y crítica a la industria. Y no podía dejar pasar esta oportunidad para poder señalar que la industria del marketing digital se encuentra llena de términos sosofrósticos que rayan en lo churrigueresco y que pocos se han dignado a profundizar.
Ya sean métricas, mindsets, formas de llamar a las plataformas, el mainstream marketinero se ha encargado de tergiversar-reburujar-alterar algunos de los términos que le dan sentido a este fino arte. Ahora bien, un disclaimer por adela, a veces nos ensartamos en tanta terminología que dejamos a la gente con más preguntas que respuestas. Más de una vez he tenido que explicar el significado y pareciera que mi paciencia se evapora al momento de explicar por enésima vez lo que significa el bounce rate de los sitios.
Sin embargo, la fina práctica del marketing digital ha sufrido porque ahora se han adoptado y errado en algunas de sus definiciones más puras. Así que sin mayor preámbulo, les comparto estos 4 términos peor usados en la industria, incluye un «lo que el cliente quiso decir» y la definición según su servilleta.
Engagement
Empezando por el principio pa’ que no digan. Si pudiera dar un peso por cada vez que escucho engagement en las presentaciones, ya sería más rico que Chabelo mismo. Ahora resulta que todo mundo quiere engagement y que es la panacea que va a salvar de la irrelevancia a las grandes empresas han sembrado con sus consumidores. Me encanta porque entre más veces tenga la palabra engagement la estrategia, más digital será. Pero lo que no hemos captado es que el engagement es un estado mental, no un fin marketinero, no un objetivo de negocio que aguanta 50 powerpoints; y pa acabarla de joder, el engagement del que se habla es un momento finito-fugaz-fortuito en el tiempo y solo dura unos segundos. Esos benditos ppt’s que dicen “tenemos que hacer engagement” no tienen ni la más RE-PI-TU-FA idea de lo que hablan.
Contenido
Otro de mis favoritos fregadores. Ahora resulta que eres todavía más fregón si empiezas a hablar de: “es que Content is King” A lo que respondo, pos váyanse a la Burger y me saludan al King famoso. El contenido es una pieza que se destila de una loquera creativa y puede tomar muchas formas. Es de gente muy básica andar pidiendo “contenido relevante al consumidor” y porque si así lo fuera, poco pudieran opinar acerca de la relevancia muchos de estos interlocutores. Total, el contenido viene en muchas formas, pesos, intenciones, momentos y sabores. De nuevo, pareciera que el mainstream está más preocupado por aprender palabritas superficiales que en entender la riqueza y complejidad. Y lo peor del caso es que he visto varios briefs pidiendo contenido, es como ir a un restaurante de 5 estrellas y pedir comida… ¡Yisus Eich Kraist!
Viralidad
Este es mi favorito, las campañas virales con ma… que diga memes. Este ya está más reservado para los entes que quieren charolear intensamente o que fueron a un cursillo digital y ya se creen expertos. La Viralidad es todo un fenómeno que trasciende el campo del Marketing Digital, y que poco puedes hacer para poder replicarlo si no tienes algún componente pagado detrás de. Ese concepto de la Viralidad msma, pareciera una directriz adscrita a todo lo que se hace en digital, lease :”si no es viral-orgánico-a la altura de Yuya, mejor no lo hacemos”. Y creemos erróneamente que los pelados de la agencia tienen un doctorado en Ciencias del Comportamiento para que con tres cheves les salga una idea viral. Al final, la tan-famosa “viralidad” no es más que un grado de relevancia del consumidor con un trancazo de lana detrás para generar masa crítica y un efecto parloteador.
Influencer
Este hace que me hierva la sangre. Cualquier pelagatos con 500 fans ya se siente que puede influenciar la decisión de compra de la esfera digital, y ni se diga de los famosos estrellitas de YT o los Twitstars que andan vendiendo su “espacio y audiencia” (pitera) por unos pesos. El uso más incorrecto es que los “influencers” van a ser un megáfono para el mensaje de la marca… seriously nigga?? Y lo peor del caso es que después de tomarse la foto con estas “celebridades” muchos marketers se sienten en la imperiosa (joditiva) necesidad de pagarles una fuerte cantidad por un tweet, sin métricas, sin analytics y sin un dejo de moder. En esencial un influencer es todo aquel que con un buen footprint social, puede mover la opinión de las personas mediante la expresión de sus propias ideas. Lo anterior no implica pagar, joder, molestingar o simplemente darle RT a una cuenta de marca.
Pero bueno, de vuelta a las andadas y pronto verán más crítica de la industria y uno que otro buen logro que andan haciendo por ahí.
Salu2.0.
–
Mil gracias al ingeniero Sosofróstico por reanudar con bríos renovados su serie de posts. No se pierda el siguiente episodio de esta épica saga cuando nos serán reveladas más oscuras verdades, querid@ lector@.
Si quieren saber más de Carlos o preguntarle algo, les sugiero que lo sigan en Twitter (@CSolares2)
Seguimos escribiendo 😉
¿Cuál de todos estos términos te parece el que peor se usa?
Reblogueó esto en Dinero bloggeando.
Pingback: La Mágica y Mítica Bestia del Engagement | Ornitorrinco Digital·
Pingback: A todo esto, ¿Qué Demonios Significa “Contenido”? | Ornitorrinco Digital·