Esa es la definición que desde hace años uso para describir Twitter. Es caótico, impredecible, vertiginoso, apasionante, con pocas restricciones y hasta peligroso. Ese es el precio de ser una de las plataformas que ha marcado una época dentro de los medios sociales. Twitter cambió la visión de lo que los medios sociales eran y podían ser. Recordemos que llegó en un momento donde las dos columnas principales de la web social eran los blogs de forma larga y un incipiente Facebook. Twitter se volvió una tercera columna que tardó en ser aceptada y comprendida. Su velocidad y la brevedad lo hicieron la anomalía más afortunada de toda la web. Su DNA móvil fue lo que lo hizo capaz de dar el brinco a los smartphones y con eso, su futuro quedó asegurado.
Pocas aplicaciones me disparan reacciones tan extremas. He sido extraordinariamente crítico del servicio en meses pasados y creo que no sin razón. Hablar de lo que Twitter hace o va a hacer casi invariablemente me deja enojado o triste. Hay una razón muy sencilla para esto.
No hay servicio que adore más que este.
Mi vida sería muy distinta sin él. Lo digo con frecuencia, si Facebook desapareciera mañana me dolería mucho desde el punto de vista profesional y laboral pero hasta ahi. Si Twitter desaparecería sería una tragedia personal.
A Twitter le debo amigos, oportunidades de trabajo, el escuchar a gente que respeto y admiro, conversaciones con personas nuevas, encontrar información valiosa. Cosas que me han hecho valorar el enorme potencial de los medios sociales.
Porque Twitter nunca fue una red social. Fueron los ignorantes quienes le pusieron esa etiqueta. Hoy nos queda más claro que nunca, pero desde 2010 ellos mismos ya lo decían: Noticias, contenido, información. Esa es la verdadera esencia de Twitter. Todas sus idiosincracias, generadas principalmente por los usuarios, lo hacen complicado para los novatos pero le dan un caracter particular y una densidad de comunicación que no se halla en ningún otro lado.
Errores ha habido más allá de los que quisiera contar. Problemas hay muchos más de los que es sano ennumerar. Pero oportunidades también. Es un tributo a la solidez y versatilidad del servicio que pese a las decisiones de sus creadores y directivos, no han logrado inutilizarlo. Y no podemos dejar de ver que hoy se enfrenta a problemas como censura, libre expresión, identidad, cuentas falsas y hostigamiento que eran totalmente imprevisibles en un inicio. Sobra decir que su ríspida relación con Wall Street es un problema que necesita resolverse, aunque sea una cosa más de percepción que de realidad. También es un homenaje a la pureza de su concepto y al papel que juega en la web que no exista un reemplazo previsible a corto plazo.
10 años después, si Twitter no existiera tendríamos que inventarlo. Asi de necesario es.
Será un mundo más opaco y menos creativo el que viva exclusivamente a la sombra de una sola plataforma monolítica y de sus satélites. También por eso Twitter es necesario, porque se necesitan otros espacios de una naturaleza más abierta y pública.
Resumiendo:
Si quieres seguridad y sencillez, quedate en Facebook.
Para lo demás está Twitter. Y si todo sale bien, seguirá estando bastante tiempo más.
Sigo escribiendo. Y twitteando.
¿Sigues usando Twitter y sacandole provecho?
Pingback: Twitter: 10 Años de Cambiar los Medios Sociales – Grecia Almeida·
Lo uso pero creo que pese a los años en ella sigo sin entenderla, o sin sacarle partido. Creo que uno de los principales errores es que muchos usuarios piensan en que es necesario «que ambos se sigan»… y si los dejas de seguir, ellos hacen lo mismo.
Como fuente de noticias es impecable… cuando quieres algo «en tiempo real» no hay nada mejor que el «pajarito» para informarte, y creo que con Periscope -más que FB Live- tendrá un repunte interesante.
Un poco de «organización» creo es lo que necesita para ser más completo, menos complejo y más digerible.