Compartir es uno de los pilares de la llamada Generación C. El acto de propagar información es una de las fortalezas de la web social actual. Es uno de los índices de éxito más grandes que existen y el Santo Grial de muchos (véase «Viralidad»). Nuestros timelines o newsfeed están compuestos de todo lo que nuestra red de contactos comparte instante a instante, ya sea video, audio, texto o imágenes. Hay mil y un formas de hacerlo y herramientas muy poderosas creadas con el solo fin de simplificar esta tarea. Pero todo esto parecería oscurecer un hecho muy elemental.
En nuestra vida digital, somos lo que compartimos.
Los enlaces o contenido que difundimos nos definen o al menos juegan un papel importante en la definición de nuestra identidad digital. Nuestros intereses, competencias, deseos y valores se ven reflejados en ellos. En algún sentido es a través de ellos como vamos construyendo la imagen que la gente percibe de nosotros. No es una cuestión trivial, porque la autoridad y relevancia que queramos tener para una comunidad o público se fundamenta aqui. En el caso de quienes nos dedicamos a alguna actividad con un cierto grado de especialización temática, esta se muestra (o debería mostrar) aqui.
Lo que compartimos nos da valor, si le es útil, interesante o divertido a alguien. Cualquier opción de las tres es perfectamente válida, sobre todo si sabes perfectamente a quién le estás hablando y ajustas tu mensaje para que cumpla su función lo mejor posible. Y no olvidemos el aspecto de la creación y la curación, dos aspectos que adquieren una importancia gigantesca al hablar de compartir contenido. Todo esto va delineando un perfil muy detallado de quienes somos, qué sabemos hacer, qué nos interesa y con qué comunidad nos interesa comunicarnos.
Esto va muy de la mano con el post de ayer. A veces el servir a un nicho significa compartir información valiosa, ya sea hecha o seleccionada por nosotros. Si se hace como debe de ser, esto abre la puerta a un público, no necesariamente mayor, pero si más involucrado y con un mayor interés en lo que tengamos que decir.
Personalmente esto resulta ser una de las cosas más valiosas que podemos tanto ofrecer como desear en nuestra vida digital.
Somos tan buenos como nuestro último buen enlace compartido. Eso no podemos olvidar.
Sigo escribiendo.
¿Crees que lo que alguien comparte lo define y lo hace relevante? ¿Tu qué compartes más frecuentemente?
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Entonces la gente me ha de ver como alguien que le gusta la comida, el vino, el cine, la música, la espiritualidad y se la vive en la pachanga… y pues… ¡Sí, qué rayos! Jajajaja Pero tengo una duda. ¿En realidad tú vas definiendo tu identidad con lo que compartes? ¿O cada persona que te lee te interpreta desde lo que ella es? Saludos mi estimadísimo.
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