La ignorancia es la más absoluta de las democracias. Es la gran ecualizadora de diferencias. Las dudas y la dificultad de cambiar y entender una nueva manera de hacer las cosas es extraordinariamente similar, sin importar tamaño o rubro de la marca.

Hace unos días tuve la oportunidad de dar una plática en una institución educativa que, si bien no era enteramente sobre redes sociales, estaba muy relacionada con el tema. El público eran mayormente padres de familia y maestros y la verdad fue una experiencia muy satisfactoria. El poder ayudar a responder dudas y aclarar malentendidos siempre es algo que vale la pena. Pero lo que realmente valió la pena fueron las observaciones durante y después de la plática, relacionadas tanto con los participantes como con la institución que organizó el evento.

En primer lugar la situación de vivir en el mundo digital 24 x 7 y conocerlo a veces es increíble, cuando se contrasta con algunos grupos. Por ratos resultó que sabía más que los papás sobre dónde estaban sus hijos y lo que hacían en Internet. Cabe decir que era un público que tiene acceso de sobra a tecnología e información. Pero ya hemos hablado de que esto no hace mucha diferencia en realidad. Lo mismo con smartphones y otros aspectos de la tecnología como La Nube. Queda un enorme trabajo por realizar en cuanto a alfabetización y evangelización digital, sobre todo porque hablamos de herramientas de uso cotidiano, pero que son subutilizadas o no se usan por no conocer sus posibilidades.

A nivel de organización/marca la situación es muy similar.

Los problemas de adopción son muy similares en la gran mayoría de los negocios. Al final platicamos con los organizadores y nos enteramos de sus problemas de manejo de crisis y relaciones públicas digitales. Es importante señalar que estos problemas NO involucraban plataformas de redes sociales, sino servicios como WhatsApp. Sin embargo los síntomas y la manera de resolverlas eran en gran medida similar a los que uno encuentra más tradicionalmente en medios sociales. El desarrollar estrategias de comunicación en medios bidireccionales es una idea que todavía causa ansiedad en muchos negocios. Y por supuesto que tener que jugar con reglas nuevas, y como visitantes en el terreno de su público o clientes puede ser causa de gran alarma. Sin embargo con un afortunado trabajo multidisciplinario se encontraron soluciones. Tener claros objetivos y definir políticas que vayan acordes a la estructura, visión y objetivos del negocio hacen que la transición se pueda llevar a cabo sin tantos sobresaltos. En este caso sus objetivos eran enteramente de reputación, relaciones públicas y comunicación, lo cual podría parecer que hace las cosas más simples, idea por demás engañosa. Lidiar con papás molestos no le pide nada de dificultad a situaciones con los clientes más insatisfechos. Pero lo más importante es que está siendo la puerta para un cambio importante de perspectiva y a incorporar medios sociales como una parte integral de sus estrategias de comunicación.

Queda mucho por hacer. Aún hay muchas dudas y lagunas en torno al mundo digital y las redes sociales. Tanto respecto a cuáles existen, cómo acerca de cómo se usan y qué se puede hacer con ellas cómo organización o negocio.

Se necesita mucho. Esperemos estar a la altura del reto.

Sigo escribiendo.

¿Cómo podrías ayudar a la transición de PYMES a ambientes digitales?